Sutilmente. Tus
miradas, tus gestos, tus hirientes palabras me desenamoraron
Me sentí nadie, en ningún
sitio, nada, desalmada
Me columpiaban al unísono
muerte y vida. A ratos, me sentía morir
A ratos, intentaba revivir
hasta sesgar mis fuerzas y volver a morir
para recuperarme.
Enloquecida turbulencia me fugaba el alma
Por momentos, habitaba dos mundos diferentes,
espíritu y materia,
distanciados. Se derrumbó
un imperio de alegría sufriendo los dos
por separado. Sin levantar cabeza nos
fuimos alejando. Despedirnos
no fue necesario. No era
momento de echar leña a un fuego apagado
El desamor es una losa que aplasta hasta
las lágrimas que invoca
y no la erosiona la tormenta emotiva
que ocasiona
Había que elaborar un duelo
sin rencor enquistado,
borrando reproches que
pudieran herir presente con pasado
En un instante, mis
emociones se tiñeron de luto y desguazaron
con sufrimiento y llanto
reliquias del amor destronado
Liberé el desengaño y abracé existencia sin sentir fracaso