viernes, 12 de septiembre de 2014

Querer ingrato

Las horas se hacían cortas, los días eternos
El tiempo se pasaba muriendo en cada encuentro
Con la conciencia derramada
Con hombreras de plomo
Cargando una mochila de dolor desmedido...

Querer resultó ingrato
En pasado, reproches
En presente, dudas
En futuro, roces
No hubo forma de purgar la pena
Incluso la desdicha se resistía al fracaso

Una noche, el miedo se vistió de luces
y sin conciencia alguna de las partes
todo aquel entramado dejó de ser pecado
sin haber sido nunca confesado


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