jueves, 31 de julio de 2014

¡Padre!



¡Padre...Te pido que me hables con la voz del viento, y contestas con calma por silencio!


1 comentario:

  1. Deseo compartir un comentario sobre cómo surgió esta exclamación, que es cierta

    Aquella madrugada no podía conciliar el sueño. Salí al jardín, me
    senté cobijada en la terraza frente al flamboyán (árbol de la llama) que parecía aprovechar las ráfagas de viento para sacudir sus hojas secas.
    El batir de las ramas, el silbido del aire y el llorar de las hojas al aterrizar sobre el negro rofe que cubría el suelo, ofrecían un concierto evocador de recuerdos de mi querido padre, fallecido escaso tiempo antes.
    A viva voz exclamé:
    − ¡Padre, si es verdad que existe algo más después de esta vida y me estás viendo, por favor, dame una señal, la necesito para asumir tu ausencia!.
    Instantáneamente la calma dominó al viento durante minutos suficientes hasta que pude contestar:
    − ¡Padre...Te pido que me hables con la voz del viento, y contestas con calma por silencio!
    Las lágrimas lavaron el paisaje de mi alma. No es fácil asumir la pérdida de un ser querido.
    No sé si existirá o no otra vida, ni siquiera sé si lo vivido tiene el significado que interpreté entonces. Lo cierto es que a partir de lo ocurrido se hizo más llevadera su ausencia y me siento menos desamparada.

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