Imagen: Menchi Arbego |
Se entrenaban para morir, convencidos de que era la mejor manera
de estar capacitados cuando la vida les negara la existencia.
Cada día, comían
menos, bebían menos, dormían menos…
Vestidos con sudarios blancos, se
acostaron boca arriba en el interior de los ataúdes forrados de terciopelo negro, instalados en
el camposanto.
Cerraron los ojos, inspiraron profundamente, e ignoraron la
existencia del aire hasta que, lívidos, sintieron que no estaban entrenados para vivir.
En el interior del alma se labran ambos tipos de entrenamiento.Una manera muy delicada de expresarlo, me gustó Menchi.
ResponderEliminarAbrazos :))
Muchísimas gracias amiga Ale, es un placer verte siempre, saber de ti y conocer tu opinión sobre lo que publico. Feliz semana. Un abrazo fuerte :)
EliminarMe ha encantado¡¡¡
ResponderEliminarMe ha evocado el mundo de lo sobrenatural¡¡ me han venido a la mente vampiros que se niegan a aceptar su única y eterna realidad¡¡¡ bueno no he podido evitarlo¡¡ genial microrelato¡¡¡ seguiré leyéndote¡¡ besos¡¡
Hola Francis. Resulta estimulante saber que la lectura de este micro te ha despertado tantas sensaciones. Muchas gracias por hacérmelo saber y por seguir leyendo, es un placer. Feliz día. Un abrazo :)
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