Me ha despertado el viento con su rima
Con el bailar de puertas y ventanas
Con el silbar alegre de sus rachas tranquilas
Con su olor a limpieza y aire puro
Me gusta despertar así, algunas mañanas
Y sentir su textura…
Cuando llega cargado de caricias
Cuando viste de brisa
Cuando levanta el jable
Cuando trae remolinos y desordena el aire
Cuando llega tan caliente
que se llenan de abanicos las calles
Cando viene frío y somos como abrigos caminantes
Cuando corre cortinas de lluvia y desnuda al arco iris
Cuando ahuyenta a las nubes que roban el azul al cielo
Cuando barre las calles y arrastra las hojas de los árboles
Cuando llega cantando retahílas
Cuando llega callado y termina bramando
Cuando juega levantando faldas
despeinando, empujando,
desdibujando en conjunto el paisaje
Cuando leva a las olas para mecer calma
Cuando regala algas que abrigan la orilla
Me da miedo también, a veces
Sí, a veces temo al viento…
Cuando trae recuerdos de su viaje de Àfrica
envueltos con calima
y cierra el cielo
y borra el horizonte
y parece que pare moscas y cigarrones
Cuando sorprende con ráfagas que nadie espera
Cuando trae terremotos
Cuando trae tifones o huracanes
Cuando deja sin vida a las ciudades
sembrando más pobreza entre los pobres
Cuando ataca a traición a los barcos de pesca
dejando a las familias varadas en la quiebra
Pero, a pesar del miedo que me causa, me gusta
Sí, me gusta el viento
Sobre todo, me gusta…
Por la emoción que transmite a mi alma
cuando llega cargado de salitre y me abraza
despertando el recuerdo de mi querido padre