martes, 10 de junio de 2014

Me gusta el viento

Me ha despertado el viento con su rima
Con el bailar de puertas y ventanas
Con el silbar alegre de sus rachas tranquilas
Con su olor a limpieza y aire puro

Me gusta despertar así, algunas mañanas
Y sentir su textura…
Cuando llega cargado de caricias
Cuando viste de brisa
Cuando levanta el jable
Cuando trae remolinos y desordena el aire

Cuando llega tan caliente
que se llenan de abanicos las calles 
Cando viene frío y somos como abrigos caminantes
Cuando corre cortinas de lluvia y desnuda al arco iris
Cuando ahuyenta a las nubes que roban el azul al cielo
Cuando barre las calles y arrastra las hojas de los árboles

Cuando llega cantando retahílas
Cuando llega callado y termina bramando
Cuando juega levantando faldas
despeinando, empujando,
desdibujando en conjunto el paisaje
Cuando leva a las olas para mecer calma
Cuando regala algas que abrigan la orilla 

Me da miedo también, a veces
Sí, a veces temo al viento…

Cuando trae recuerdos de su viaje de Àfrica
envueltos con calima
y cierra el cielo
y borra el horizonte
y parece que pare moscas y cigarrones
Cuando sorprende con  ráfagas que nadie espera
Cuando trae terremotos
Cuando trae  tifones huracanes 
Cuando  deja sin vida a las ciudades
sembrando más pobreza entre los pobres
Cuando ataca a traición a los barcos de pesca
dejando a las familias varadas en la quiebra

Pero, a pesar del miedo que me causa, me gusta
Sí, me gusta el viento
Sobre todo, me gusta…
Por la emoción que transmite a mi alma
cuando llega cargado de salitre y me abraza
despertando el recuerdo de mi querido padre

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